No se trata solamente de ser un buen agente de seguros, sino de ser un excelente asesor de seguros. La visión competitiva permitirá mejorar tu desempeño, y con ello tus ingresos. Para ser un excelente agente de seguros existen varios enfoques que debes tomar en cuenta:
Enfoque de vendedor
Seguramente crees que para ser un agente de seguros exitoso a largo plazo, debes aceptar tu papel como vendedor y debes ser bueno vendiendo. No, las ventas no significan vender a alguien algo que no necesitan, o manipular o aprovecharse de alguien. Cuando vendes, tus objetivos deben estar orientados a ayudar a las personas, a reflejar una imagen de ser un asesor de confianza y educar y guiar a las personas para comprender a profundidad sus necesidades de aseguramiento. Lo más importante es que antes de que pienses que vas a vender, cambies tu perspectiva a que brindarás soluciones para afrontar futuros riesgos.
Enfoque de negocios
Toma en cuenta que trabajas por tu cuenta en tu pequeña empresa individual. Si realizas bien tu trabajo generas ventas y ganancias, tendrás un trabajo y un negocio estables, si no generas suficientes ventas y ganancias, corres el riesgo de perder lo que hayas invertido hasta ese momento. Para mantener tu negocio debes tener como tu máxima prioridad obtener un beneficio y mantenerte. Solo hay tres actividades que te harán ganar dinero: prospección, cierre y mantenimiento de cuentas. Esas tres actividades son donde debe gastarse la mayor parte, si no la totalidad, de su tiempo de venta principal.
Enfoque de trabajo
Tienes que ser un emprendedor y debes estar dispuesto a esforzarte más de lo que cualquier otra persona te empujará. Debes ser duro contigo mismo para lograr tus metas. Trabaja de forma inteligente, y sigue las mejores prácticas de los agentes exitosos y no reinventar la rueda. Pero al principio, simplemente debes trabajar duro hasta que resuelvas las cosas y construyas un negocio exitoso.
Enfoque de responsabilidad
Asuma la responsabilidad del número de sus ventas, sobre todo cuando estas son menores. Establece metas mensuales y revísalas con periodicidad. Que tus resultados sean una señal de advertencia de que necesita hacer algunos cambios en su actividad y su enfoque. No inventes excusas ni culpes a nada que no puedas controlar en tu entorno, como la economía, el mercado en el que se encuentra o las personas con las que trabaja. Eres completamente responsable de su éxito o fracaso.
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